ORÍGENES

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Aaiún Producciones, compañía profesional de artes escénicas, nace en Sevilla, en febrero de 1.996; alrededor de la figura de su directora: Sonia Carmona. Tras residir durante más de cinco años en Estados Unidos, becada por la West Virginia University  y la Junta de Andalucía, se licencia en arte dramático, con la especialidad de interpretación, obteniendo la calificación Magna cum Laude (nº1 de su promoción).

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Tras su llegada a Sevilla con motivo de la Expo 92, decide permanecer en la ciudad por razones personales y profesionales trabajando en diversos montajes del Centro Andaluz de Teatro (CAT) y algunas producciones internacionales de televisión, realizando asimismo los cursos de doctorado de Ciencias del Espectáculo en la Universidad Hispalense bajo la dirección del catedrático Rafael Portillo.

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En 1993 conoce al realizador y productor audiovisual Jaime Vicent con el que, a día de hoy, comparte grupo y proyecto de vida. A finales de 1994, con más ganas que recursos, comienzan a formar su propio grupo creativo y de trabajo, abandonando la relación habitual con el CAT y comenzando a trabajar en el campo de la distribución teatral con El Lindo Don Diego, un espectáculo dirigido por Pedro Álvarez-Ossorio y protagonizado por Antonio Dechent, María Galiana, Carlos Álvarez-Novoa, Sebastián Haro, etc. A partir de ahí, muchísimo esfuerzo. Con su compañía, Sonia Carmona ha dirigido desde 1996 todos y cada uno de los montajes que se detallan más adelante.

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Sonia Carmona:

Fundamentos y... ¿porqués?

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Rebelde y crítica con causas, Sonia Carmona centra su empeño en el mun do de los más pequeños, con la esperanza y la voluntad férrea de conseguir, para toda la sociedad, para todos, un mañana de ciudadanos más libres, formados intelectualmente y, sobre todo, con mayor criterio en los aspectos fundamentales de la vida.

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“Maestra jardinera que siembra y estimula, pero no moldea personalidades a su antojo”.

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Público y pueblo. Mucha ayuda de familia y amigos y poca cooperación institucional, que, como siempre, no terminará nunca de entender que una cultura poco crítica, doblegada y complaciente con el poder, condena a la sociedad a la miseria y la corrupción.

 

Hacer, sin embargo, mención expresa de la excepción positiva de algunas instituciones locales, provinciales y autonómicas que, todo debe ser dicho, han contado con la compañía en numerosas ocasiones.

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“Gracias, sobre todo a las personas que nos quieren y valoran el trabajo de base, nuestra razón de ser y de seguir existiendo”.