Actualidad: Hay que moverse con los tiempos y crecerse con las dificultades.

 

Ahora, Cuentos de Andalucía, la oralidad y la música de la guitarra de nuestra tierra a pleno pulmón. Cara a cara. Sin artificios.

 

Sombra hecha de luz, pues va entre gente… Sólo…

 

Recital de Sonia Carmona, cuentos populares y guitarra en directo. Poesía a pelo, sin domesticar, abierta al corazón: Alberti, Cernuda y Juan Ramón, otra vez, y la marca Lorca de una granaína de cuna, alma, espíritu y camino.

 

Lagartos y lagartas tendíos al sol se rién y se ríen y se seguirán riendo… Es amor con odio…

 

De abuelas a madres y de madres a hijas. Contar historias de toda la vida, de amores imposibles, de sucesos magníficos, de caballeros y damas, de adulterios apasionados... Eran la crónica de la vida cotidiana, el alimento de la imaginación durante generaciones que, por medio de la música, pasaban a través del tiempo conformando la idiosincrasia de las gentes. La mentalidad de un pueblo.

 

Historias contadas y cantadas a la luz de la lumbre de un hogar, en fiestas señaladas, en corrillos de mujeres lavando en el río o haciendo los dulces de Navidad. Hoy corremos el riesgo de perderlas. De perder este mundo que abarca toda la geografía del horizonte andaluz, a uno y otro lado del Atlántico, a uno y otro lado del Mediterráneo. Nuestro sueño, nuestro mundo… Espacio escénico de Jaime Vicent.

 

Two Monsters. Primero los dibujos animados en los mundos del armario de Urori y aquella mosca traviesa y burlona. La nariz de clown que identificaba los códigos desde ese primer espectáculo. Después las escenas coreografiadas como si de teatro-danza se tratara; más tarde, los objetos y sus sonidos, propios, impropios y absurdos; el ritmo en la repetición y los tiempos de la palabra; el surrealismo encontrado. Tras los objetos, las marionetas; después la mezcla de títeres y personajes reales; más adelante los títeres de sombras… Ahora llega el momento de la luz negra que da entrada a un personaje que marcará el espectáculo: el esqueleto (ya apareció en Historias Mínimas). ¿Cambia ahora todo? Aparecen y desaparecen montañas y terremotos en el escenario. Sonidos imposibles de cocinas improbables. Personajes imaginarios que deambulan por nuestro interior en una realidad que nos resulta complicada, complicada como niños que todo lo viven por primera vez…

 

¡Todo debería ser más fácil! Podríamos pensar, pero es lo que tenemos en nuestro día a día.

 

Un mundo en inglés super-divertido y super-colorido. Por cierto, Sonia Carmona, además de protagonizar el espectáculo es la embajadora en España de la West Virginia University (USA). La réplica se la han dado en el mismo y hasta la fecha la actriz y profesora Elisabeth Cortés (coautora del dossier pedagógico); Bárbara Ruth Llamas; la intérprete galesa Alys Thomas y la norirlandesa Emma Walls (corresponsable de la iluminación junto a Jaime Vicent). Espacio escénico de Sonia Carmona.

 

Queda solamente hablar de Un Mundo de Colores (Llamamé Mer, El-Mer…), un espectáculo que surge a raíz del trabajo evolucionado en el territorio de los más pequeñitos. Si el comienzo de la relación con los bebés (de 0 a 3/4 años) hace más de doce años fue Las Aventuras de Aurelio, este camino llevó a la compañía a través de numerosos programas educativos recorriendo espacios escénicos con los habitantes de la educación infantil de Andalucía y llegando a completar un sofisticado y bonito programa, muy sencillo y sensible en su puesta en escena, llamado Bebeteca (que tiene una continuación en Bebeteca 2).

 

Este programa llamó mucho la atención con respecto a la búsqueda de la comunicación esencial en el ser humano desde las edades más tempranas y con la base de un texto super-conocido por pequeños y mayores: Elmer, el elefantito de colores. Desarrollaron un texto distinto, pero con la estructura básica de aquella y otras tramas de otros textos infantiles contrastados; que dio lugar a un montaje con mucho brillo en el tratamiento de la iluminación espectacular. Hay momentos en que se rompe la cuarta pared, como, por otro lado, sucede en casi todos los montajes de la compañía, y el público participa, en este caso de manera especialmente divertida.

 

Es la tercera colaboración interpretativa del dúo Sonia Carmona-Antonio Morado, tras Óscar y Gato y Pez. Es muy familiar, hay títeres de diferentes técnicas, muchos cambios de iluminación, mucha música divertida y tiene mucho que ver con los espectáculos de la primera época. O quizás… ¿es que son así de locos?